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Si te parece tiramos de imaginación y vamos a pensar que una civilización alienígena ha dado con este planeta y por las ondas de radio se dispone a echar un vistazo. Quedan sorprendidos por la vida que hay en él y les llama la atención que una especie (la humana), destaca sobre todo lo demás. Después de observar un poco ven a esos humanos como un rio revuelto en el que cada cual va a la suya. Lo que más les llama la atención es que la evolución de su cerebro tiene talento y les permite hacer lo que han hecho. Otra cosa que les llama la atención es que muy poca gente piensa en los demás, todos son codiciosos. Casi todos van a ‘colocarse’ sin mostrar ni un ápice de solidaridad para con los demás. En esa sociedad sólo vale el ‘beneficio’ (económico o de posición), que uno pueda sacar. Ven que se trata de una sociedad corrupta.
Son conscientes de que tienen algo para empezar y seguir investigando. Descubren que hay un todopoderoso que lo regula todo y que la inmensa mayoría desea tener: el dinero; aunque no tardan mucho en averiguar que el poder también está muy ligado a él. Ven además que la capacidad adquisitiva es tremendamente importante en esa sociedad y que el talento y la suerte van muy ligados. Hay unos que se dedican a llevar turistas al espacio, mientras otros no tienen para vivir y pasan hambre. En otras palabras, es el planeta de las desigualdades. El final de esa civilización es desastroso: guerras, desgraciados que mueren, niños que son asesinados, rapiña de unos a otros… En esa sociedad hay infinidad de guerras, pero sobre todo las que no se ven, las incruentas: Unos contra otros. Es el poder, el dueño de vidas y haciendas.
Por otra parte ven que los de abajo son de corto entendimiento y poco talento. Saben que, para hacerse con ellos les tienen que dar ‘sus golosinas’; y estas vienen en formato de ‘consumo’ (y les dan cuatro céntimos para que puedan consumir); se encargan de crear las ‘necesidades’ en la población y saben que al ganarse a esas personas, se benefician con el dinero que les dan por el trabajo y que en cierta forma vuelve a ellos. Es la gente simple, la que hace caso a los medios, la que no tiene vida interior, la que va hacia donde ellos la dirigen, sin criterio propio. Esa gente no es consciente de lo que es la vida. Los alienígenas ven que ese camino no lleva a ninguna felicidad y que morimos persiguiéndola: son los sueños del adolescente.
Se dan cuenta de que la gente viaja y compra cuando ellos les dicen sin tener en cuenta lo que les va a venir: el cambio climático. Unos porque les conviene no creer en ello (los cortoplacistas y aprovechados), y otros porque no se dan cuenta; sólo hay unos pocos conscientes que saben hacia el desastre al que se dirigen y que va a suponer una hecatombe para el planeta.
Lo que ven esos extraterrestres es que la élite sabe muy bien lo que les tiene que dar a esa masa: la ilusión y la esperanza que los tiene entretenidos. Saben que la gente sencilla lo que único quiere es fiesta y diversión (les das rebajas, luces y festejos, y ya están contentos), y es entonces cuando se hace de ellos lo que se quiere.
Esa pues es la realidad detectada en ese planeta, el más egoísta de la galaxia. Saben que los habitantes están tan ofuscados en sí mismos y sus intereses, que son incapaces de ver la propia situación. Los tripulantes de la nave envían las observaciones a su planeta mediante tecnología láser y continúan con su marcha.
Definitivamente la Humanidad está enferma. Hace tiempo que vengo escuchando esto de la gente sabia, pero sin acabar de verlo. Ahora, con el tiempo, he comprendido lo que algunos de ellos dijeron y he llegado a la conclusión de que tenían razón. Pero lo peor de todo, la única medicina que se recomienda es: la madurez. El tiempo lo cura todo.
Hasta la próxima reflexión.
Joan-Llorenç sincristal@hotmail.com