De la era analógica a la era digital (Coronavirus)

El mundo que se nos viene encima

De todas las crisis que hemos tenido hasta ahora esta es la más definitiva: tenemos la sanitaria y la económica. Hace tres días la OMS la calificaba como ‘pandemia’. A esta nueva enfermedad yo la calificaría como el virus silencioso: entra de incógnito y no acaba diciéndotelo hasta pasados 4 o 5 días; mientras tanto, vas contagiando a todos los que se te ponen por delante.

La misma técnica de la civilización, va a la suya y no entiende de ideologías. Desde los últimos años del siglo pasado que, a velocidad vertiginosa, hemos pasado del mundo analógico al mundo digital en los primeros años de este siglo. Veremos cómo nos adaptamos a estos nuevos tiempos. Pero hay que sobrevivir, y en eso somos especialistas.

¿Cómo era el mundo hasta hoy? Pues el capital ha sido y es el gran dios al que reverenciamos. Todo el mundo venera a este dios. Este mundo que fue globalizado, lo ha sido sólo para el capital. Los paraísos fiscales que desde mediados del siglo pasado (a cuyo frente estaba Suiza), hasta ahora se han venido  multiplicando. La cuestión es que ese capital que anda a sus anchas por todo el globo, suele ser dinero corrupto libre de toda clase de impuestos. Los amos del dinero lo han organizado todo para mantener al mundo como les conviene. Ese dinero que tan poco esfuerzo les ha costado de conseguir, se concentra en lugares estratégicos (defendidos por lobbies), para que el mundo no se mueva. Se ha pasado de una moneda de cuyo valor respondía el consiguiente banco nacional, a otra totalmente virtual sin ninguna clase de control. En otras palabras: nadie sabe exactamente las monedas que circulan por ahí. Por otra parte, las empresas turísticas y el transporte aéreo, han crecido a sus anchas apoyadas por la pujanza económica y van a ser las primeras en caer.

¿Cómo va a ser el mundo a partir de ahora? Pues nadie lo sabe. Pero lo que sí sabemos es que los cimientos de la economía se han conmovido. ¿Quién puede saber cómo va a evolucionar el virus? Que si modelos matemáticos, estadísticas de todas clases… Nadie lo sabe; puede pasar cualquier cosa… pero lo bien cierto es que no va a ser igual que antes. En una situación como la que estamos viviendo, hay alguna gente que seguro se está calentando la cabeza para ‘hacer negocio’; a poca gente se le ocurrirá llevarse la contrapartida corrupta a casa, aunque el carroñero de toda la vida siempre existirá. Se trata de ver qué necesidades tenemos ahora. Lo que pasa es que la gente que hasta ahora ha sido ‘inocente’, puede que ya no lo sea tanto. Todo por no reaccionar a tiempo y mantenernos confiados con sus mentiras. ¡Ah! Por cierto, el 5G viene de China, y el virus también.

Algunas empresas habían puesto en práctica el teletrabajo, pero ahora parece que la cosa se va a desmadrar. Eso en lo que atañe al trabajo en empresas y otros organismos, pero también hay que tener en cuenta al propio Estado. En las declaraciones rimbombantes de las altas esferas políticas (de este país y de Europa) nos dicen que se va a insuflar liquidez a las empresas para que no disminuya su actividad: procurar que no haya una recesión económica, ayudar a pagar cuotas a la seguridad social con cotizaciones, créditos sin interés para las empresas, suspender el pago de hipotecas, ayudar a las familias con el salario de subsistencia, el paro se va a duplicar, invertir en la sanidad… Lo que no entiendo es de dónde sacan el dinero, a no ser que le den a la maquinita, por lo que la inflación puede dispararse. Pero dinero sí que hay, claro que hay, lo que no estaba bien repartido. Entre políticos, enchufados, y las altas esferas económicas, se lo llevaban casi todo. Se va a insuflar una cantidad de dinero bestial para que la empresa continúe, para que haya consumo, para que toda la gente tenga dinero para sus gastos. ¿Y los impuestos? ¿De donde van a sacar todo ese dinero? Más de uno tendrá que apretarse el cinturón; los de siempre seguro lo van a  hacer, pero cuidado que los de arriba también tendrán que apretárselo. Hasta ahora había dos estancias inabarcables: el Estado y las grandes empresas. Habrá que repensarlo todo de nuevo. Al Estado habrá que reinventarlo y a las empresas (a los miembros del Consejo de Administración y algunos acólitos), habrá que hacer que paguen sus impuestos. Nada va a ser igual. Esto no es la simple evolución de los tiempos, se trata de una revolución. Y aquí estamos, confinados en casa a la espera de que la maquinaria de los políticos acabe resolviendo el problema.

Enlace al artículo en vídeo

https://youtu.be/Dcxw60MJDVM

Joan-Llorenç sincristal@hotmail.com

¡Maldito dinero!

¿Y si el dinero tuviera fecha de caducidad?

Mensaje de la sonda Pioneer impreso en placa metálica
Lanzada el 02-03-1972

A finales del siglo pasado escribí una novela titulada Estrellas Fugaces. Trataba entonces de ver cómo se desenvolvían en el año 2116 (cien años adelante), tres sociedades distintas. Estas sociedades estaban instaladas en el hemisferio sur. En una de ellas se había adelantado bastante en el camino de una sociedad solidaria. Es en esta sociedad que describo en el libro, donde aparece esta forma de pago por los servicios prestados o simplemente por ser ciudadano de la misma. No voy a describirla aquí, si alguien tiene interés puede bajársela; desde hace mucho tiempo que está en la librería virtual mexicana Tlahui. Abajo tienes el enlace.

Estamos hablando de una hipótesis, se trata de una utopía. Lo que pasa es que por aquel tiempo decidí revestirla de un argumento en forma de novela. Puede verse como un asunto de Ciencia Ficción, aunque 100 años son muchos años y es difícil imaginarse la sociedad a tan largo plazo.

¡Qué peso se quitaron de encima los habitantes de la Democracia Participativa Australiana! No tenían dinero en el sentido convencional de la palabra, ese dinero que todo el mundo persigue en la sociedad actual. Los que ya lo tienen y los que aún no lo tienen, y que tantos quebraderos de cabeza lleva consigo, se trata de ese dinero a cuyo alrededor todo gira.

Pero claro, ahora estamos viviendo aquí y continuamos necesitándolo. No obstante, alguien dijo por ahí que ‘no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita’. Sin embargo, todo el mundo quiere acapararlo, nadie tiene límite. ¡Qué pocas personas se conforman con lo que tienen y son felices! Morimos intentando acumularlo.

La cuestión es que desde siempre nos hemos acostumbrado a perseguirlo y continuamos de la misma manera hasta en la vejez, persiguiéndolo; nunca tenemos bastante; es lo que siempre hemos hecho y continuamos haciéndolo. Nos inventamos escusas: Que si es para los hijos… que si para los nietos que lo van a necesitar… No hay forma, somos así; y nunca acabamos de ser felices. Claro, tenemos que ‘hacerle el juego al sistema’, no podemos escaparnos de ello.

No sé cómo, pero en esa sociedad del futuro que describo parece que lo han conseguido. Si fuera real en nuestra sociedad, ¡qué distintas serian nuestras vidas sin perseguir el dinero! Aunque siempre habrá quien no vea otro incentivo en la vida que no sea la acumulación del maldito dinero. A esa clase de gente, en aquella sociedad, siempre se le puede invitar a abandonar el país y dirigirse a la Sociedad Capitalista de Sudáfrica. Descubriríamos un montón de cosas que el hombre podría hacer y que nada tiene que ver con lo que hacemos ahora, que el trabajo nos acaba absorbiendo todo el tiempo. Podríamos incluso vivir. ¡Fíjate! Hay gente que ha despreciado lo de ‘vivir’, y va desesperado a la búsqueda de la felicidad acumulando dinero. Habría que maldecir el dinero, pero de poco nos serviría.

¿Y si el dinero tuviera fecha de caducidad? Imagínate: Piensa que el dinero tuviera uno o dos meses para consumirlo. Imagina que tuviéramos todas nuestras necesidades cubiertas y al final lo echamos a la basura. ¿El dinero a la basura? Pues sí, sería la regla de juego. ¿Y qué haríamos entonces para comprar aquellas cosas de las que se necesitaría mucho dinero? Si lees el libro lo entenderás. Se trataría pues de una sociedad que nos va a proporcionar el ser felices y creativos de verdad. Pero claro, se trata de un sueño, de una hipótesis de algo que puede que suceda y puede que no, pero que sería dentro de 100 años.

Y mientras tanto, nos ‘olvidamos de vivir’ y ofrecemos nuestra vida al dinero. En verdad ¿tienen que transcurrir todos esos años para que la naturaleza humana cambie y se vaya poco a poco dando cuenta de que hay en la vida otras cosas más importantes que la acumulación de dinero?

¿Nunca se te ha ocurrido abandonarlo todo e irte a vivir a cualquier parte del trópico? Pero la cuestión entonces sería: ¿Y mi familia? ¿Y mis amigos? Pues que sepas, que algunos sí lo han hecho. Se trata pues de una utopía, claro. Pero de todas formas, ves a saber quién andará por ahí dentro de todos esos años, y también ves a saber cuáles son las ‘nuevas utopías’ de aquella sociedad. Si fuéramos conscientes de todo eso… ¿no necesitaríamos recapacitar un poco?

http://www.tlahui.com/libros/lit/estrellas_fugaces.htm

Subtítulos en Inglés y Español. Video article. Subtitles in English and Spanish

Joan-Llorenç sincristal@hotmail.com